El Castillo de San Carlos, ubicado en la ciudad de Concordia, perteneció a una familia oriunda de Francia que se había radicado a finales del siglo XIX en ese lugar de ensueño.
Un poco alejado de los circuitos clásicos, rodeado de generosos verdes y ubicado en el sitio más alto de aquel paisaje, se montaba esta solitaria pero majestuosa construcción para albergar a una familia tan solitaria como misteriosa. Fue allí donde también aterrizó fortuitamente Antonie de Saint Exupéry, obligado por un desperfecto en el motor de su avión. El desafortunado imprevisto lo llevó a encontrarse con aquella familia y este lugar de ensueño que lo cautivó particularmente.
Fue por este hecho que el Parque San Carlos cuenta en la actualidad con el monumento “El Principito”, pues el sitio se convirtió en fuente de inspiración para varios tramos del legendario cuento. Dicen los que saben que el lugar cautivó de tal manera a Exupery que siguió visitándolo aun cuando sus moradores ya lo habían abandonado.
El Castillo tras el abandono de sus propietarios se deterioró, pero en la búsqueda de reconstrucción de un pasado mítico los concordienses lo pusieron en valor y hoy se aprecia su increíble atractivo atemporal, rodeado de límpidas lomadas de verdes, selvas en galería y el marco de un majestuoso Río Uruguay, es un lugar enigmático por demás para visitar.
Actualmente la construcción sigue siendo de ensueño y su entorno aún más. El denso monte selvático rodeado por el río conforma, en este encuentro de tierras y agua, una serie de pantanos rodeados de una espesa vegetación que alberga fauna de la zona. Allí como actividad de recreación, además de recorrerlo y adentrarse en la historia del lugar, se pueden realizar avistajes de aves, para reconocer su procedencia, características, canto, nidos, plumaje. El Jardín Botánico emplazado en el lugar es otro gran atractivo y está sembrado de añosos arboles de la zona, donde la infinidad de especies vegetales exóticas y nativas se alternan (especies como el ubajay, guayabano blanco, palo cruz o jazmín del Uruguay, laurel blanco, vivaro).
Historia y presente atraen por igual, el Castillo de San Carlos es una visita que no podemos obviar cuando elegimos Concordia para visitar, porque es una historia real.
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