No hay arcos ni letras enormes en bienvenida del viajero. Sus distintos accesos conducen directamente al urbanismo del centro; y uno entiende, porque así lo señalaba el cartel desde la banquina de la ruta, que ha ingresado a Paraná, capital de la Provincia de Entre Ríos.
Por el gris asfalto de sus calles, la Ciudad Paisaje arrastra como por un embudo hacia la Plaza de Mayo, espacio verde con marcas históricas, situado de frente a la Catedral Metropolitana, cercado por edificios cuyo valor arquitectónico evoca el ayer, y cruzado por el transitar a veces pausado y a veces ágil de los paseantes de la Peatonal.
Nadie escapa de este recorrido, ni los visitantes ni los habitantes del lugar. Allí puede pasarse por la mañana, y luego bajar hacia el Parque Urquiza, la costanera, el puerto, el río y las postales de un territorio sin igual.